23 de junio de 2010

20 años del Hogarcito Don Orione, nuestro "pararrayos de la caridad"...






Hace ya 20 años, un grupo de personas de nuestra comunidad tomó la
iniciativa de comprometerse solidariamente con los hermanos más
sufrientes y abandonados de nuestra sociedad.
Alentados por el P. Adolfo Gigón, el por entonces superior religioso de
la Comunidad, se acondicionó una antigua casona donada por una
feligresa, ubicada frente a nuestra Parroquia con el objetivo de abrir un
Hogar que cobijara a personas con capacidades diferentes. Allí comenzó
a forjarse la historia de una obra de AMOR que se fue ganando el
respeto y el reconocimiento de toda nuestra ciudad. Transcurrieron los
años y la casa se fue adecuando a la cantidad de residentes y a las
necesidades que su atención requiere como miembros de la gran Familia
de Don Orione. Hoy, aquella iniciativa fundacional, llamada
afectuosamente “Hogarcito Don Orione”, se convirtió por su labor en
uno de los testimonios más reconocidos de amor al prójimo en la
sociedad marplatense. En él conviven 23 residentes permanentes, con diversas
discapacidades físicas y mentales. Además funciona un Centro de Día, y cuenta
con 6 concurrentes desde el año 2001.
Dentro del servicio profesional, el Hogar cuenta con:
- Educación física
- Terapia ocupacional
- Aprendizaje de autovalimiento
- Integración a la vida social
- Salud Mental
Gran cantidad de jóvenes y adultos con espíritu de servicio colaboran en forma voluntaria con dedicación y amor, participando en actividades como esparcimiento, catequesis, animación litúrgica y otras que contribuyen a mejorar la calidad de vida de nuestros hermanos.
Para el sostenimiento de esta gran obra de Caridad, son de suma
importancia las donaciones de todo tipo. Un importante grupo de
empresas y particulares, desde hace tiempo forma parte del “Proyecto
Solidario” y colaboran de diversas formas como bienhechores.
Otra manera de formar parte de este desafío es la de incorporarse en la tarea de Promotor, importante función que consiste en difundir la Obra en todas las áreas donde nos vinculamos socialmente, convencidos de que juntos es más fácil hacer de nuestro país un lugar para todos, y recordando la consigna con que Don Orione solía agradecer a los bienhechores: “TODO ES GRANDE CUANDO ES GRANDE EL CORAZON QUE LO DA”

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